Gizonduz en euskera significa “hacerse un hombre” en el sentido de madurar, de evolucionar. Es, en mi opinión, el nombre ideal para una iniciativa que busque incorporar a los hombres a un mundo en igualdad.
Gizonduz son un conjunto de medidas y buenas prácticas que lleva a cabo el Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) desde el año 2007, encaminadas a analizar las masculinidades y ofrecer vías de sensibilización y finalmente transformación de esa mitad de la población sin la cual no puede existir la tan ansiada igualdad real.
Creo que Gizonduz es interesante porque tiene una larga trayectoria con vocación de continuidad. Y porque contiene muchas medidas ya implantadas, algunas de las cuales llevamos tiempo pidiendo en Málaga (mi ciudad) sin lograr nada de nada.
¿Qué hacen?
Esta iniciativa nació como otras muchas destinadas a la
sensibilización: con un congreso del que salió una campaña como tantas otras.
No es un mal principio, pero ya hemos visto otras muchas veces que esto es un
trabajo de pico y pala, y que con una campaña no hacemos más que empezar. Y así
lo entendieron también las compañeras y compañeros del Emakunde.
Solo un año después, 10.000 hombres vascos de todos los ámbitos
sociales, culturales y económicos, con el Lendakari a la cabeza, presentaron una carta a los hombres por la igualdad y contra la violencia de género. En ese
documento se plasmaron las líneas maestras de pensamiento que guían todo lo que
hace Gizonduz.
En los años posteriores, las campañas, cursos y acciones se han multiplicado y perfeccionado, fruto de la inversión que el gobierno vasco ha seguido destinando a este programa por considerar que trata un problema estructural y por ello su acción no debe cesar hasta acabar el problema. Y esto lo menciono como uno de sus puntos fuertes, dado que desde Andalucía no podemos sino sentir envidia por ese enfoque.
En mi comunidad los recortes económicos a
políticas y asociaciones por la igualdad son una constante. Con mucha
frecuencia el personal que atiende a mujeres víctimas de violencia está
contratado por campañas y en precario. Hay colectivos, como asociaciones
dedicadas a la salud de las mujeres en situación de prostitución, que ya no
pueden trabajar por falta de fondos públicos, el discurso público sobre la
igualdad y la violencia de género cambia según sople el viento político...
Considerar la desigualdad como un problema estructural y por encima de
electoralismo marca una importante diferencia.
Volviendo a las actuaciones de Gizonduz, quisiera destacar dos que me parecen especialmente eficaces:
👉La Mochila Igualitaria: Durante varios años todos los hombres que
fueran padres en Euskadi, ya sea por nacimiento o por adopción, recibían una
mochila llena de material sobre la paternidad igualitaria y corresponsable.
También había material genérico sobre la deconstrucción de la masculinidad
patriarcal e incluso una pegatina para poner en el coche, de esas de “bebé a
bordo”, pero con papá cuidador incluido. Puede parecer que no es mucho, pero
como mujer que escogió ser madre puedo asegurar que hay pocos momentos mejores
que la llegada del bebé para que hombre demuestre lo que vale. Y si encima
presume de ello con su pegatina en el coche, mejor que mejor.
👉Gizonok esan eta egin (Los hombres
dijeron e hicieron): Propuesta para que los hombres asuman compromisos
concretos y los lleven a cabo. Mediante una aplicación informática, los
hombres pueden analizar su propio comportamiento para ser conscientes de si
están realizando conductas discriminatorias o poco igualitarias de manera
consciente o inconsciente. En base a esos resultados se les proponen
compromisos y recursos para ponerlos en práctica. Y, si quieren, pueden visibilizar sus
avances para dar ejemplo. Del dicho al hecho. Pequeños gestos para grandes
cambios.
Durante este 2024 las actividades de sensibilización de este
programa no han cesado y se dirigen cada vez más a los hombres más jóvenes.
Esto es muy importante dado el auge de los neomachismos entre gente de cada vez
menor edad. En este sentido están desarrollando acciones como un comic
interactivo y un juego de mesa (“Seducción con sombrero”) cuya contratación ya
ha sido concedida a la empresa Basepack para que desarrolle 100 unidades
iniciales con las que trabajar en los centros educativos.
Este año también se ha consolidado una línea estable de asesoramiento y
acompañamiento a entidades públicas y privadas (abundando en la necesidad
mencionada de realizar acciones continuadas en el tiempo), además de poner en
marcha una experiencia piloto para el acompañamiento a hombres, en
particular jóvenes, con comportamiento machistas problemáticos .
También han comenzado a trabajar en una
réplica de “La caja de la masculinidad” un interesante estudio sobre la
construcción de la masculinidad en los jóvenes que desarrolló la Fundación FAD
Juventud a nivel estatal. Y finalmente, este año se debe dar a conocer
los resultados de la evaluación de impacto de Gizonduz, en la que ya están
trabajando.
¿Por qué es importante?
En mi opinión éste programa es ejemplar por varios motivos:
👍Actúa sobre un sector poblacional esencial
para lograr una sociedad realmente igualitaria: los hombres.
👍Es transversal, dado que contempla
actuaciones dirigidas a los principales perfiles sociales: jóvenes y mayores,
empresas privadas y políticos, hombres que ya son aliados y quienes son lo
contrario...
👍Actúa sobre la estructura y es
estructural: porque busca cambios en la mentalidad que soporta al patriarcado y
lo hace de forma estable, longeva y en crecimiento.
👍Y porque lo han puesto en marcha desde
un organismo muy feminizado, como es el Emakunde, en estrecha colaboración con
asociaciones de hombres demostrando que la unión hace la fuerza; que el mundo
de colaboración en igualdad que intentamos construir funciona.
¿En qué debe mejorar?
👎Son necesarios aún más recursos para que
pueda alcanzar a más población. Como
ejemplo, hasta 2023 habían participado en el programa de formación y
sensibilización unas 32.000 personas. De ellas el 60% eran hombres, que no es
un mal porcentaje pero que es necesario aumentar. Queda además pendiente
comprobar el impacto que cada uno de esos asistentes ha podido tener en su
entorno, pues el elemento multiplicador es esencial.
👎Por otra parte, se echan de menos más
acciones dirigidas a las redes sociales y medios digitales, caldo de cultivo de
los neomachismos que se están instalando en nuestra sociedad y que aún no
sabemos bien cómo combatir.
Fuente: Facebook de Gizonduz |